viernes, 10 de octubre de 2025

ESPERANDO UN MILAGRO SIN MOVERSE (spoiler: no funciona)

Por Massiel Reyes-Lecont

En este país somos expertos en decir que “todo está en manos de Dios”, pero a veces se nos olvida que Dios no trabaja con gente vaga. Queremos resultados diferentes, pero seguimos haciendo lo mismo desde hace años, con la esperanza de que un día amanezca y la vida mágicamente se arregle, como si fuera por decreto celestial.

El miedo es el verdadero jefe silencioso de medio mundo. No aparece en nómina, pero dirige muchas decisiones. Es ese personaje que te susurra: “no te muevas, y si te mueves, que sea poquito”. Se disfraza de prudencia, de sensatez, de “yo estoy esperando el momento perfecto”. Y así, entre una oración, una excusa y otra taza de café, se te van los años esperando sentirte listo… mientras la vida pasa de largo, como el carrito de los helados cuando tú no tienes menudo.

Mira, el miedo no se va. Uno aprende a vivir con él, como quien aprende a convivir con un vecino ruidoso: te molesta, pero ya ni caso le haces. La diferencia está en que algunos se dejan dominar, y otros se levantan y dicen: “sí, tengo miedo, pero me muevo igual”. Porque el miedo no se vence quedándote quieto; se vence caminando con las piernas temblando.

Y no me malinterpretes, la fe es importante. Pero hay gente que usa la fe como sofá: se sientan a esperar que Dios les resuelva. “Estoy confiando en el Señor”, dicen, mientras no mueven ni un dedo. Hermano, hermana: la fe sin obra es muerta, y tú sin acción estás en coma.

Dios puede abrirte la puerta, pero tú tienes que empujarla.
Puede darte alas, pero tú tienes que atreverte a volar.
Puede mostrarte el camino, pero tú tienes que soltar el miedo al GPS.

Hay personas que siguen en el mismo trabajo que detestan, en la misma relación que los drena, en la misma rutina que los apaga… y cuando uno les pregunta por qué no hacen algo diferente, responden: “Bueno, tú sabes… hay que esperar el tiempo de Dios.” Y sí, el tiempo de Dios es perfecto, pero si Él te manda señales y tú sigues mirando para otro lado, ya eso no es fe, es terquedad con biblia en mano.

El cambio da miedo, claro que sí. Pero más miedo debería darte quedarte en un sitio donde te estás marchitando en silencio. Lo nuevo asusta, pero lo viejo que ya no sirve también. Así que si vas a tener miedo, al menos que sea por algo que te haga crecer.

La vida no mejora con un “amén” y un sticker de WhatsApp que diga “Dios tiene el control”. Mejora cuando tú también tomas el control de lo que te toca. Ora, confía, pero también muévete. No ores por un cambio si no estás dispuesto a mojarte los pies.

Si estabas esperando una señal del cielo para hacer ese movimiento, aquí está: levántate y arrancaCon miedo, con temblores, con dudas… pero muévete.
Porque, al final, los milagros no llegan a los que esperan sentados, sino a los que caminan aunque no vean el camino completo.

Así que sí, ten fe, pero recuerda:
Dios mueve montañas, sí… pero tú, mi amor, tienes que mover los pies. Porque los milagros no llegan por delivery.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESPERANDO UN MILAGRO SIN MOVERSE (spoiler: no funciona)

Por Massiel Reyes-Lecont En este país somos expertos en decir que “todo está en manos de Dios”, pero a veces se nos olvida que Dios no traba...