🎭 CUANDO SOLO ESCUCHAN UNA VERSIÓN... Y aún así, creen saberlo todo.

Hay pocas cosas que duelan tanto como ser juzgado sin ser escuchado.

Que hablen de ti, que te señalen, que te describan sin haber compartido tu historia.

A veces, basta con que una sola persona cuente su versión —cargada de su dolor, su interpretación o, a veces, su conveniencia— para que el resto asuma que tiene la verdad en las manos.

¿Y tú?

Tú te quedas con el corazón en silencio, viendo cómo tu nombre se transforma en algo que no reconoces. Te quedas con el nudo en la garganta, sabiendo que podrías hablar, que podrías defenderte, que podrías contar también lo tuyo… pero eliges no hacerlo.Porque no todo merece ser explicado, y no todos tienen la madurez o la disposición de escuchar sin juzgar.

He aprendido que hay quienes prefieren una versión cómoda antes que una verdad incómoda.Y que, tristemente, muchos forman opiniones desde la distancia, sin darse el permiso de conocer el otro lado. Es fácil juzgar cuando no se ha vivido el dolor ajeno. Es fácil repetir lo que otro dijo, sin detenerse a pensar qué hay detrás del silencio de quien no se defiende.

Y entonces, llega el momento en que tienes que tomar una decisión importante:

¿Intentas aclararlo todo para todos… o eliges vivir en paz, aunque algunos te entiendan mal?

La respuesta, aunque difícil, muchas veces es el silencio. No por debilidad, sino por sabiduría.

Porque hay una verdad más poderosa que cualquier rumor: tu conciencia tranquila.

Esa paz que viene cuando sabes que actuaste con integridad, aunque no salieras ileso.

Esa calma que se instala cuando decides no devolver mal por mal, ni herida por herida.

Si hoy estás viviendo esa injusticia —de que hablen sin conocerte, que te etiqueten sin escucharte—, te abrazo desde aquí.

Sigue con la cabeza en alto.

No todo el mundo necesita saber tu versión.

Y con el tiempo, la verdad cae por su propio peso.

Las máscaras se caen. Las piezas encajan.

Y lo que fue dicho en la oscuridad, se expone con luz.

“El que responde antes de oír, cosecha necedad y vergüenza.”

— Proverbios 18:13