lunes, 24 de marzo de 2025

Tus Palabras Tienen Peso: Hablemos de los Comentarios Que Hieren

 A veces, sin darnos cuenta, soltamos comentarios que parecen inofensivos, pero que pueden dejar marcas profundas en quienes los reciben. Frases como: "Tú sí estás gorda." "Aún no te has casado, ¿qué esperas?". "¿Todavía no tienes hijos?". 

Dichas con ligereza, sin mala intención aparente, pero con un impacto que desconocemos. Porque no sabemos qué batalla está librando la otra persona. No sabemos si esa persona que llamamos "gorda" ha estado luchando contra problemas de salud, si la que sigue soltera ha pasado por desilusiones que la marcaron, o si la que aún no tiene hijos está enfrentando un dolor silencioso.

El problema es que muchas veces hablamos sin pensar, sin preguntarnos si nuestras palabras aportan algo bueno o simplemente son un reflejo de nuestra falta de empatía. No se trata de callarnos siempre, pero sí de aprender a hablar con amor, con respeto, con consideración.

Cada palabra tiene un peso, y cuando las usamos sin medirlas, pueden convertirse en cargas que otros llevan sin que nos demos cuenta. No sabemos cuántas veces una sola frase ha arruinado el día de alguien o ha reforzado una inseguridad con la que ya estaba lidiando.

Hagamos el esfuerzo de ser más conscientes con nuestras palabras. Antes de opinar sobre el cuerpo, la vida o las decisiones de alguien más, preguntémonos: ¿esto edifica o lastima? ¿Es realmente necesario decirlo? ¿Cómo me sentiría yo si alguien me lo dijera?

Porque al final, lo que decimos puede sanar o herir. Y si tenemos el poder de elegir, que
nuestras palabras sean siempre un puente hacia el amor y no una piedra en el camino de alguien más.


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