martes, 25 de noviembre de 2025

CUANDO EL 'TE AMO' VIENE CON GPS Y CONTRASEÑA

Por: Massiel Reyes-Lecont 

Dicen que el amor es lindo, suavecito, como una brisita en Punta Cana a las cinco de la tarde. Pero ay, mi amor… si tú supieras la cantidad de cosas que nos han vendido como “románticas” cuando en realidad son más tóxicas que un jugo verde hecho con cilantro, molondrón, limón y malas decisiones. Hoy venimos con humor —porque la verdad duele menos cuando uno se ríe— a hablar de lo que NO es amor, pero que muchísima gente deja pasar, normaliza o hasta celebra. Y entre chiste y chiste, quizá alguien se reconoce y decide no renovar esa suscripción emocional que tanto le ha costado.

Por ejemplo, eso de “sin ti no soy nada” suena precioso en canciones, pero en la vida real es una señal roja con luces LED y bocinas de emergencia. No es romántico que alguien necesite perder su identidad para demostrar que te ama; eso no es amor, es dependencia emocional con disfraz poético. El amor sano dice: “Contigo soy más, pero sin ti también puedo ser”. Y punto.

Otro clásico del paquete tóxico es el famoso “me cela porque me quiere”. Ajá, claro… y yo soy astronauta porque subí a la azotea. Los celos no son una prueba de amor, son inseguridades con ropa de gala. Cuando alguien quiere controlar a quién ves, qué posteas, con quién hablas o qué tan feliz te ves sin él, eso no es cariño: es vigilancia emocional. Y la vigilancia, mi vida, no enamora a nadie.

También está esa frase que tantas novelas han arruinado: “Él/ella es así, pero en el fondo me ama”. Mira… el fondo es donde se hunden los barcos. Justificar gritos, silencios eternos, desplantes o humillaciones porque “tiene un carácter fuerte” es hacerse el loco profesionalmente. Si algo te hace daño, no es carácter. Si te duele, no es amor. Si hay que explicarlo todos los días, no funciona.

Y ni hablar del “se molesta si salgo sin avisarle… porque se preocupa”. La preocupación genuina pregunta: “¿Llegaste bien?”. El control, en cambio, exige reportes adelantados, fotos del sitio y el listado de quién estaba ahí. Una persona que te ama quiere que vivas, no que pidas permiso para existir; te acompaña, no te encierra.

Y, por supuesto, está el cuento de que “él/ella me quiere tanto que no soporta que otros me miren”. Si alguien quiere esconderte del mundo, taparte la luz o mantenerte chiquito para sentirse seguro, eso no es amor: es miedo a que otro te trate como mereces. El amor de verdad no te apaga; te aplaude.

Bromas aparte, este tema es serio. Entre refranes dominicanos y risitas nerviosas, hay una verdad que necesitamos masticar: muchas conductas dañinas se disfrazan de amor, y por costumbre, miedo o soledad, las aceptamos como parte del paquete. Pero el amor —el bueno, el verdadero, el que no necesita drama para sentirse intenso— no te lastima, no te drena, no te achica.

El amor no se sufre: se vive. Lo que duele, lo que asfixia, lo que humilla, lo que te hace sentir menos… eso no es amor, por más canciones que lo digan, por más excusas que inventemos. Así que hoy, entre risas, reflexionemos un chin. Revisemos nuestros vínculos con un poquito más de cariño hacia nosotros mismos. Porque al final del día, el amor empieza donde uno se respeta.

2 comentarios:

CUANDO EL 'TE AMO' VIENE CON GPS Y CONTRASEÑA

Por: Massiel Reyes-Lecont  Dicen que el amor es lindo, suavecito, como una brisita en Punta Cana a las cinco de la tarde. Pero ay, mi amor… ...