miércoles, 9 de julio de 2025

RUMORES S.A.: El negocio de NO saber y hablar

Cuando no das detalles, te los fabrican. Y mientras tú haces silencio, otros hacen contenido.

Por: Massiel Reyes-Lecont 

¿No les ha pasado que mientras uno vive tranquilo, calladito y en su esquina, de pronto se encuentra protagonizando historias que ni Netflix se atrevería a producir? ¡Ah, pero claro! Eso sucede cuando uno comete el gravísimo error de no darle acceso a  un curioso personaje a su vida. 

Pues ese curioso personaje abunda más que el café en velorio de barrio: ese que no sabe nada de ti, pero tiene una tesis doctoral sobre tu vida. No te escribe, no te ve, no te saluda… ¡pero te estudia! Y lo más fascinante: no necesita datos para hablar, le basta con la falta de información para armar un drama de siete temporadas.

En esta era del chisme 2.0, este personaje (o su versión femenina, porque la cosa no discrimina género)   cuando no sabe de ti, no pregunta: inventa, pero adicional, vive con el don de la narración intuitiva. Si no publicas nada en redes, es porque "algo escondes". Si te ves feliz, "es pura pantalla". Y si estás callado, ¡ay!, “eso es que está deprimido, o en algo raro”. Y si no respondes rápido los mensajes, es que “te pusiste arrogante”.

Todo esto, por supuesto, sin tener la cortesía básica de preguntarte: “¿cómo estás?”  Lo mejor es que no se limitan a especular. No. Te construyen una vida entera, con capítulos, tramas y hasta soundtrack. Te mudan, te casan, te pelean, te reconcilian y si se aburren, hasta te desaparecen. Todo sin consultarte.

“Dicen por ahí...”

Frase peligrosa. Si alguien empieza con eso, agárrate, que lo que sigue no salió de ningún boletín oficial. Mientras tú estás ocupándote de tus cosas, este personaje se encarga de armar un spin-off de tu vida que viene de la fuente más confiable del universo: la imaginación con tiempo libre y resentimiento reprimido.

Es como si tu privacidad fuera una provocación personal. Como si no contarle tus cosas fuera una ofensa directa. Y entonces: zas, nace la novela. Una mezcla de rumores, teorías y lo que le dijo “un pajarito”.

El problema no es tu silencio, es su necesidad de llenar espacios

A este curioso personaje no le molesta que te vaya mal o bien, lo que le pica es no saber cómo te vaY como no soportan los vacíos (ni los emocionales ni los informativos), los rellenan. A veces con sospechas, otras con deseos frustrados, y muchas con puras ganas de figurar.

Tú solo dejaste de hablarles con frecuencia y ellos ya te diagnosticaron un colapso nervioso, alcoholismo, una relación secreta, un hijo de otro hombre, y una mudanza al extranjero. Todo junto.

¿Y por qué lo hacen?

Porque es más fácil hablar de ti que hablar contigo.
Porque vivir su propia vida da trabajo.
Porque les falta novela y les sobra ocio.

Pero, sobre todo, porque tú decidiste hacer algo radical: guardar tu privacidad. Y eso, en tiempos donde la gente publica hasta lo que almuerza, es un acto casi subversivo.

Así que ya sabes...

No les des explicaciones. No estás obligado a llenar silencios ajenos con confesiones personales ni a desmentir cada invento que anda rodando con tu nombre. Deja que hablen. Que se entretengan. Que se ahoguen en la ficción mientras tú respiras paz en la realidad.
Porque sí, hay gente que si no te ve, se inventa. Y si te ve feliz, duda. Y si no te puede leer, te redacta.

Si te estás cuidando, creciendo, sanando, o simplemente te alejaste de lo que te drena —como es tu derecho— y eso hace que algunos digan que estás “creído”, “distante” o “raro”…Felicitaciones: vas por excelente camino.


No estás siendo raro, estás siendo selectivo.
No estás siendo frío, estás siendo sabio.
No estás cambiando, estás volviendo a ti.

Si están hablando de ti sin saber, sin preguntarte, sin buscarte… es porque algo en ti sigue brillando incluso desde lejos. Y eso —para algunos— es demasiado escándalo para su zona de confort.

Después de todo, el que quiere saber de ti, pregunta. Con respeto. Con intención real. Con cariño genuino. Y el que solo quiere saber de ti sin ti, se conforma con cuentos reciclados, versiones incompletas y teorías de pasillo.

Recuerda: no hay que salir a aclarar cada historia. No estás en servicio al cliente emocional. A veces el mejor acto de defensa es el silencio... y un buen meme indirecto con música de fondo y letra bien puesta. 

No te mandé a pensar en nadie, ¿eh?
Pero si mientras leías esto te vino alguien a la cabeza…

...yo no tengo la culpa. 

2 comentarios:

  1. Quería seleccionar algo que destacara del texto pero para eso, tendría que marcarll todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué lindo comentario! Gracias de corazón, me honra y alegra muchísimo que te haya gustado tanto.

      Eliminar

EL RADAR DE LAS MADRES DOMINICANAS

Ese sexto sentido que convertía cualquier campamento en una misión de alto riesgo. Por: Massiel Reyes-Lecont  Mire, si existe algo más preci...