martes, 4 de marzo de 2025

DIOS ME CONSINTIÓ: LA CANASTA DE FRUTAS QUE NO ESPERABA.

DIOS ME CONSINTIÓ: LA CANASTA DE FRUTAS QUE NO ESPERABA.

Hay días en los que sentimos que todo está en nuestra contra. Días en los que miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que hay escasez, de que las puertas parecen cerradas y las respuestas tardan en llegar.

Ese día en particular, mi casa no tenía muchas opciones para comer. La nevera estaba casi vacía, y para colmo, mi pago se había retrasado ocho días. Sabía que Dios provee, pero en ese momento, la desesperanza me pesaba más que la fe.

Entonces, un amigo vino a visitarme y me pidió frutas. Me quedé en silencio porque ni siquiera eso tenía para ofrecerle. Me retiré a mi habitación con tristeza, sintiéndome impotente. Ni siquiera podía compartir algo tan simple como una fruta.

Le pedí a mi hermana que al menos le diera agua, porque era lo único que podíamos ofrecerle. (Aunque luego recordé que quedó poquita porción del dia anterior y se lo ofrecí con mucho amor). En mi corazón, solo podía hablar con Dios y expresarle mi tristeza.

A veces creemos que Dios está lejos o que nuestras preocupaciones son demasiado pequeñas para Él. Pero menos de una hora después, Dios me sorprendió de la manera más hermosa.

Fui a la iglesia, sin imaginar que allí recibiría su respuesta. En una actividad especial, había una dinámica en la que sacábamos papelitos con mensajes. (Tengo que admitir que soy muy mala para estas cosas) Pero, cuando tomé el mío y lo abrí, decía: "ESCOGIDA POR DIOS".

En ese momento, sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo. Dios me estaba recordando que Él me ve, que me ama y que no me ha olvidado.

Pero lo más impactante fue lo que ocurrió después: me entregaron una canasta de frutas, que solo sería otrogada al que tuviera el papelito con este mensaje.

Sí, frutas, exactamente lo que mi amigo había pedido y que yo no tenía para darle. Pero Dios, en su amor y detalle, no solo envió frutas… también incluyó un aguacate.

No pude hacer otra cosa más que sonreír y agradecer. Dios no solo me proveyó, sino que lo hizo con un cariño especial, demostrándome que Él ve hasta los detalles más pequeños de nuestra vida.

 Dios me mostró que su respuesta puede llegar de muchas formas. No siempre como lo imaginamos, pero siempre con amor.

📖 "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?" – Mateo 6:26

Dios no se olvidó de mí ese día. Y tampoco se olvida de ti. Si hoy te encuentras en necesidad, recuerda que Dios ya está obrando. Tal vez la respuesta está en camino, y cuando llegue, será perfecta, llena de detalles que solo Él puede planear.

Porque sí, Dios es detallista. Y su amor se refleja en cada pequeño gesto de provisión.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL RADAR DE LAS MADRES DOMINICANAS

Ese sexto sentido que convertía cualquier campamento en una misión de alto riesgo. Por: Massiel Reyes-Lecont  Mire, si existe algo más preci...